"Mamá, estaba pensando en ir el fin de semana que viene a la sierra. ¿He de tener algo en cuenta?".
"Sí, como el año pasado se nos congelaron los conductos del calentador he tomado nuevas precauciones. En primer lugar, en la cocina el calentador está envuelto, primero en un plástico y debajo una manta, todo atado. Hay que quitarlo. Luego, al lado de donde está el cubo de la basura hay un respiradero hacia la calle. Eso está todo tapado con celo y plástico para que no entre frío. Luego por la parte de fuera el conducto de humos está primero cubierto por una tela asfáltica para que no entren los pájaros y sobre esa tela he puesto plásticos atados para que no entre frío. Todo eso hay que quitarlo, excepto la tela. Para quitar todo esto necesitas una escalera. Lo que pasa es que nuestra escalera tiene una pata coja así que en el trastero hay toallas viejas, doblas varias y las pones debajo de la pata coja o si no que alguien te sujete la escalera. Casi mejor que te la sujete alguien porque para poder acceder al tubo la escalera hay que ponerla muy al borde de las otras escaleras porque si no no llegas".
"Maldita sea mamá, ¡¡¡¡es más fácil entrar en Mordor!!!!".
sábado, 26 de enero de 2013
jueves, 24 de enero de 2013
Lo mejor está aún por llegar.
¿Alguna vez habéis tenido el típico día en que sólo os atacan pensamientos negativos aunque no lo queráis? Y esos días es imposible remontar, es como si estuviera fuera de nuestro control aunque supiéramos que no existe un motivo de verdadero peso para sentirse así.
Soy una persona que normalmente está de buen humor y con una sonrisa de oreja a oreja. Por eso como un día lo tenga un poco bajo de moral, todo el mundo se fija. Ahora mismo acabo de recibir un par de comentarios del tipo "no tienes motivos" y puede que sea cierto, pero incluso las personas alegres necesitamos una tregua de vez en cuando. Hasta las personas alegres necesitan de días tristes.
¿Y qué se me pasa por la mente cuando estoy así? En definitiva, recuerdos de personas queridas que se fueron, inseguridades, miedos, el sentir algo especial por quien no debería sentir algo especial y esa tendencia que tengo siempre a pensar que si algo puede salir mal, saldrá mal.
Volvía de clase sumando a estos pensamientos el estar incubando algún tipo de virus, y sintiéndome hecha polvo cuando, de repente, se me cruzó una furgoneta que tenía escrito por detrás: "Lo mejor está aún por llegar" y en un lateral "Si algo puede salir bien, saldrá bien". ¿Es posible que quien nos quiere nos mande señales para que no estemos tristes?. Me encantaría pensar que funciona así.
El caso es que tengo dos opciones: o quedarme en casa y no remontar o ponerme un vestido, maquillarme y reunirme con unos buenos amigos que han ido a un bar al que iba yo cuando era universitaria (lo cual me hace bastante ilusión, todo sea dicho). ¡Elijo pelear contra el ánimo bajo!. Ya está bien de tristeza.¡Ya es hora de ser feliz y disfrutar!.
Soy una persona que normalmente está de buen humor y con una sonrisa de oreja a oreja. Por eso como un día lo tenga un poco bajo de moral, todo el mundo se fija. Ahora mismo acabo de recibir un par de comentarios del tipo "no tienes motivos" y puede que sea cierto, pero incluso las personas alegres necesitamos una tregua de vez en cuando. Hasta las personas alegres necesitan de días tristes.
¿Y qué se me pasa por la mente cuando estoy así? En definitiva, recuerdos de personas queridas que se fueron, inseguridades, miedos, el sentir algo especial por quien no debería sentir algo especial y esa tendencia que tengo siempre a pensar que si algo puede salir mal, saldrá mal.
Volvía de clase sumando a estos pensamientos el estar incubando algún tipo de virus, y sintiéndome hecha polvo cuando, de repente, se me cruzó una furgoneta que tenía escrito por detrás: "Lo mejor está aún por llegar" y en un lateral "Si algo puede salir bien, saldrá bien". ¿Es posible que quien nos quiere nos mande señales para que no estemos tristes?. Me encantaría pensar que funciona así.
El caso es que tengo dos opciones: o quedarme en casa y no remontar o ponerme un vestido, maquillarme y reunirme con unos buenos amigos que han ido a un bar al que iba yo cuando era universitaria (lo cual me hace bastante ilusión, todo sea dicho). ¡Elijo pelear contra el ánimo bajo!. Ya está bien de tristeza.¡Ya es hora de ser feliz y disfrutar!.
It's time to begin, isn't it?
domingo, 20 de enero de 2013
Propósitos de año nuevo.
Cuando me amé de verdad, comprendí que en cualquier circunstancia, yo estaba en el lugar correcto y en el momento preciso. Y, entonces, pude relajarme. Hoy sé que eso tiene nombre… autoestima.
Cuando me amé de verdad, pude percibir que mi angustia y mi sufrimiento emocional, no son sino señales de que voy contra mis propias verdades. Hoy sé que eso es… autenticidad.
Cuando me amé de verdad, dejé de desear que mi vida fuera diferente, y comencé a ver que todo lo que acontece contribuye a mi crecimiento. Hoy sé que eso se llama… madurez.
Cuando me amé de verdad, comencé a comprender por qué es ofensivo tratar de forzar una situación o a una persona, solo para alcanzar aquello que deseo, aún sabiendo que no es el momento o que la persona (tal vez yo mismo) no está preparada. Hoy sé que el nombre de eso es… respeto.
Cuando me amé de verdad, comencé a librarme de todo lo que no fuese saludable: personas y situaciones, todo y cualquier cosa que me empujara hacia abajo. Al principio, mi razón llamó egoísmo a esa actitud. Hoy sé que se llama… amor hacia uno mismo.
Cuando me amé de verdad, dejé de preocuparme por no tener tiempo libre y desistí de hacer grandes planes, abandoné los mega-proyectos de futuro. Hoy hago lo que encuentro correcto, lo que me gusta, cuando quiero y a mi propio ritmo. Hoy sé, que eso es… simplicidad.
Cuando me amé de verdad, desistí de querer tener siempre la razón y, con eso, erré muchas menos veces. Así descubrí la… humildad.
Cuando me amé de verdad, desistí de quedar reviviendo el pasado y de preocuparme por el futuro. Ahora, me mantengo en el presente, que es donde la vida acontece. Hoy vivo un día a la vez. Y eso se llama… plenitud.
Cuando me amé de verdad, comprendí que mi mente puede atormentarme y decepcionarme. Pero cuando yo la coloco al servicio de mi corazón, es una valiosa aliada. Y esto es… saber vivir!
No debemos tener miedo de cuestionarnos… Hasta los planetas chocan y del caos nacen las estrellas.
Charles Chaplin.
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